Artículo publicado en la revista "Plomada"
Año 2 Noviembre de 1984 Nº 3.-
Revista editada por los alumnos del Departamento de Construcción
Civil del Intituto Profesional de Valdivia.-
Escribe P. Nelson Henríquez V.-



La humanidad, hasta la fecha, ha venido enfrentando de manera permanente, crísis y riesgos, en una cadencia destructiva, mortífera y al parecer insoluble. Hasta nuestros días, el hombre ha logrado sobrevivir penosamente. En este siglo, la humanidad ha obtenido brillantes éxitos, esopecialmente en el campo tecnológico, más, este optimismo pronto ha palidecido, en la medida que los nuevos implementos, logrados en base al esfuerzo de siglos de estudios y sacrificios, han generado a su vez, problemas de mayor amplitud,complejidad y gravedad. Vemos así, que el hombre, pese a toda su inventiva y capacidad, queda prisionero de sus propias creaciones.
En la cúspide de esta problemática mundial, tenémos la acumulación de ujn sofisticado arsenal atómico, bactereológico y demases, que pueden borrar varias decenas de veces y en forma definitiva, a todos los habitantes de este infortunado planeta. Comprobamos nuevamente que el mayor de nuestros fracasos consisten en la incapacidad de establecer un cierto sistema de normas de convivencia, para satisfacer nuestras necesidades básicas, para luego proyectarnos en la creación de una sociedad y una cultura, en la cual cada individuo, pueda tener las mayores posibilidades de seguridad, desarrollo y plenitud. Es éste nuestro más sonado fracaso. Desde las cavernas hasta el Empire State, desde la piedra hasta el misil nuclear,nos hemos acostumbrado a vivir bajo el signo de Caín.
"Sin una cultura ética no hay salvación para la humanidad."
"En este punto no hay ciencia que pueda salvarnos."
(Albert Eisntein; carta leída en el 75 aniversario de la Ethical Cultural Society, New York, 1951).
El mundo enfrenta graves y al parecer, ya insuperables dificultades. Consatituímos una curiosa especie, que ha demostrado ser impermeable e inconmovible a todo móvil conductual superior. Si consideramos los aportes de los filósofos antíguos, el paso del cristianismo, el extraordinario avance que significó un renacimiento que aún admiramos, los magistrales logros de los pensadores de la revolución francesa y otras grandes formulaciones teóricas, nada ha podido evitar, por ejemplo, las terribles guerras europeas, el degradante sistema colonial, el genocidio conquistador europeo en América, Africa, Asia y Oriente, la horrorosa esclavitud, ni menos las dos hecatombes mundiales, de la primera mitad de este siglo.
En la actualidad vemos que regímenes inspirados en una similar base doctrinaria, sufren fuertes y violentos choques. ¿Qué demuestra todo esto?, esto demuestra simplemente que la amplitud de los problemas del hombre, están mucho más allá de las inspiraciones ideológicas, políticas, filosóficas, religiosas y de otra índole.
A lo anterior, debemos añadir, lo quealgunos llaman "Megacrísis", manifestada en la explosión demográfica, la destrucción física de nuestro único mundo, la polarización del orbe en dos bloques, a los que no les interesa la muerte, el dolor de millones de seres, lo que les interesa es ser potencia y aplastar a la fuerza rival, aunque el precio sea la existencia de toda la humanidad.
El desprecio por la vida y el hombre, en una escala de valores en la que todo se mide por el dinero, el status, el poder, la competencia, significando a la postre, inseguridad, temor, incomunicación y profundos problemas psíquicos, que han recrudecido en estos años, con un decorado de fondo, hecho con las armas atómicas y "otras" no menos mortíferas. Werner Braunbek, autor de "El Drama Fascinante de la Investigación Nuclear"escribe:"Las peladas ruinas no pueden cubrir su desnudez ni siquiera con la salvaje maleza que en otro tiempo devoró los restos de las ciudades sagradas de los Mayas. En efecto: allí en donde se han posado las bombas no crece literalmente ni una hierba. El suelo radioactivo es un desierto absoluto, un desierto donde nada crece."
Las hipócritas conversaciones de "paz" han significado todo lo contrario: mayor crecimiento de los arsenales nucleares, como a principio de siglo, se vive y paga a un costo muy alto la "Paz Armada". Inclusive en nuestro desnuclearizado continente, falta únicamente la decisión política de producir armas atómicas.
Este fracaso no debe extrañarnos, pues el armamentismo permanente del hombre, es consecuencia de la naturaleza humana y sin una definitiva transformación de dicha naturaleza, jamás habrá paz y desarrollo. Arnold Toynbee, historiador contemporáneo, dice al respecto que si la seria continúa (y esto parece lo más evidente) concluirá con la autodestrucción de la sociedad guerrera.
Una vía de solución consiste en una trasmutación radical de las fracasadas estructuras económicasy políticas, en la destrucción de centros de poder que conforman Estados dentro de los Estados (Trust Internacionales), en promover una educación acentuada en el hombre, para que éste llegue a ser mucho más que una bestia de carga, un instrumento o un número. En la intensificación de los estudios sobre el ser humano, para lograr una nueva conciencia, ética y constructiva, pues el destino del hombre está en sus propias manos. De lo contrario, la errabunda nave de la humanidad, naufragará definitivamente.