NUESTRO LAUTARO Y EL CESAR.-

Artículo escrito por P. Nelson Henríquez V-
y publicado en el diario (desaparecido) El -
Correo de Valdivia. Lunes, 5 de Noviembre de 1979.-




Si se trata de hacer una comparación histórica estricta, es posible establecer que un paralelo semejante no es muy exacto. Por otro lado, no se pretende en modo alguno, atizar rencores que aún pudieran existir, pese a la enorme distancia de tiempo transcurrido. Cayo Julio César y nuestro Lautaro: joven, bravo e inteligente libertador, tienen en común ciertos rasgos: ambos están unidos en un gran recuerdo glorioso y, ambos, dejaron una profunda huella donde realizaron sus vidas y sus acciones. Lautaro y César, marcaron un hito en la historia, pero con con motivaciones diferentes.
El primero (Lautaro), es el héroe indiscutido que defiende su tierra, a sus hermanos de raza,a las selvas enormes que los cobijaban; a las montañas, rios, valles y porqué no decirlo, a los animales, aves y peces; conjunto profundamente compenetrado en el sentir de nuestros antepasados, pues para ellos, esta exuberante naturaleza chilena, era toda su vida. El segundo, (César); pese a la brillante trayectoria que le magnifica, es el capitán de un ejercito de conquista. Si bien, triufante, no lleva un ideal libertario, pues su objetivo es reducir a un pueblo vecino, el cual es sometido bajop el signo de la ambición y del expansionismo. Es el caso de la Galia independiente, que es aplastada en el amplio sentido de la palabra, despues de una cruenta guerra, el año, 53 A.C.
Lautaro y César, fueron líderes indiscutidos en sus respectivos escenarios, pero, con algunas diferencias: julio César, luchó con un rival, en una relativa igualdad de condiciones, puesto que los galos (y otros pueblos de la época), no se encontraban tan largamente separados, en lo que al grado de civilización se refiere. Lautaro, fue capaz de asimilar las técnicas y artes militares, de los españoles, principal potencia europea de aquel entonces y con una tremenda experiencia guerrera. Lautaro, en ciertos casos, superó con creces a sus enemigos. Tuvo, además, una concepción diferente de la guerra. Entendía que para sostener la lucha, debia educar a sus hermanos de Arauco, quienes se encontraban prisioneres de una enormidad de creencias, que les impedía en gran manera, superarse en el pensamiento.
Comprendía Lautaro, que era de vital importancia, formar un a sólida infraestructura, económica y material, que les permitiera mantener la acción, contra un fuerte y cruel enemigo. Concepto que, lamentable es decirlo, no fue entendido, por quienes le apoyaban y seguían. En todo caso, un pensamiento tan grandioso, tiene plena vigencia en la actualidad.
Ambos, tuvieron una muerte triste y por una mísma causa: la traición. Uno, en manos de un grupo de conjurados enceguecidos por la ambición del poder, de la cual, Julio César, no estaba ajeno.
Lautaro, murió víctima de la delación de un indígena, quien prefirió cometer la más negra y siniestra de las infamias, incapaz seguramente de asumir la responsabilidad que cargaba el líder de Arauco. Responsabilidad, por supuesto, nada fácil, reservada únicamente a hombres de su talla. En efecto, este delator, informó profúsamente a los españoles, el sitio exacto del campamento del libertador, como acercarse, disposición de sus fuerzas y la forma de atacar, con la mayor eficacia posible.
Lautaro y Julio César, tuvieron una brillante trayectoria militar, ambos dominaban a fondo el arte de la guerra, pero con una diferencia: Lautaro, supo imprimir UNA FINALISTICA DIFERENTE A SU ACCION. LA SUYA, FUE LA LUCHA DE TODO UN PÑUEBLO EN UNA HEROICA Y SOBERBIA GESTA EMANCIPADORA, contra un invasor, cuyo norte era la codicia y el ánsia de enriquecimiento. (Si negar excepciones brillantes).Por el contrario, la guerra de César era DE CONQUISTA, SOMETIMIENTO Y AMBICION PERSONAL .
Es de esperar, que éstas mísmas tierras (que son m ás hermosas despues que Lautaro cayera como un copihue sobre ellas), continuén surgiendo nuevos y nuevos Lautaros, ya no sólo en el aspecto bélico, sino también en el campo del pensamiento, de las ciencias, de las artes, la industria, las letras, la creación. Ya ocurrió en en el siglo pasado, cuando los libertadores de nuestra América, se agruparon bajop el nombre de Lautaro, que aparecío como único emblema, fundamento de lucha y de conciencia. Rubén Dario, gran poeta y escritor centroamericano, avecindado en Chile, en un fragmento de su pluma, puede sintetizar nítidamente, la dimensión colosal de nuestros antecesores. Al respecto, escibe:
ELLOS (LOS INDIOS) ERAN SOBERBIOS,
(LEALES Y FRANCOS),
CEÑIDAS SUS CABEZAS DE RARAS PLUMAS.
OJALA HUBIERAN SIDO LOS HOMBRES
BLANCOS,
COMO LOS ATAHUALPA Y LOS MOCTEZUMAS....

El viento que corre por montañas, pampas y mares, también parece gritar:
INCHE LAUTARO, APUMBIN TAPU HUINCA...INCHE LAUTARO, APUMBIN TAPU HUINCA...
(YO SOY LAUTARO, YO DERROTE AL HUINCA)